«Saber francés marca la diferencia»
«Saber francés marca la diferencia». Es el testimonio de uno de los antiguos alumnos del Liceo francés internacional de Murcia, que cuenta en el diario La Verdad de Murcia su experiencia tras terminar sus estudios aquí.
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«Saber francés marca la diferencia», asegura Pablo del Arco Ortiz, antiguo alumno del Liceo francés internacional de Murcia. El centro privado ubicado en Altorreal es el único de la Región que sigue el sistema educativo francés, y que forma en 3 lenguas desde los 2 años.
Para ello, se ha creado un espacio único dedicado a esta edad, donde se han reservado distintos espacios de juego, higiene, aprendizaje, sueño… «De esta forma la acogida de los niños es perfecta, su bienestar está garantizado y el aprendizaje puede dar comienzo», cuenta el director del centro, Christophe Gallais. Las 3 lenguas desde los 2 años suponen toda una apuesta por la excelencia.
Así lo cree Pablo: «Si el inglés es imprescindible, el francés marca la diferencia en cualquier puesto de trabajo», apunta. Su experiencia le demuestra que hablar esta lengua «con un nivel de nativo» le ha abierto muchas puertas en un mundo donde todos manejan bien el inglés, pero menos personas se desenvuelven con buen nivel en francés.
Como él, Juan Antonio López, que ha estudiado Economía y ciencias políticas en Paris 1 Panthéon-Sorbonne, becado de excelencia por el gobierno francés, que asegura que gracias al Liceo no ha tenido ningún problema para acceder a la escuela que eligió: «Las herramientas que te da el Liceo las notas sobre todo cuando sales de aquí, vas a la universidad y te das cuenta de que tienes más facilidad que el resto para escribir disertaciones. Lo he visto en matemáticas también y en las exposiciones orales», explica.
Elena Alonso, otra antigua alumna que acaba de terminar un máster en psicología en Madrid, añade que «el Liceo no sólo es idioma, sino también cultura y eso te abre mucho la mente». «Aprendemos a tolerar y respetar diferentes opiniones. El sistema francés te enseña a pensar y razonar, para luego aprender. Nos enseñan a creer en nosotros, en que podemos cambiar el mundo», recalca.